Mujer divina:
Tú me importas más de lo que imaginas, tú ya vives
profunda en mí, por sobre todas las más estimadas cosas, te siento muy bella y
dentro de mi ser, por nada del este ancho y
largo mundo; amada mía, te quiero perder, deseo con supremo ahínco que tu
radiante corazón vuelva a florecer y los florecientes jardines de tu excelsa y
dulce alma a reverdecer.
Quiero enseñarte la pureza y las filigranas de este
amor, sin distancias, ni condiciones, tal cual es; para los seres más
enamorados y felices ser, con las cuotas dichosas de un amor profundo,
celebráremos con fervor nuestro encuentro, como el más grande y sublime
acontecimiento, todos los minutos, los besos, las caricias y las alegrías entre
miles de dulces suspiros, siempre, cada treinta días del mes.
MILMAYOS