jueves, 6 de junio de 2013

Con tu fervor de majestad inacabable

¿Quién pudiera en tu jardín observarte?,

cortando las rosas para tu obra de arte,

sembrando los claveles más inigualables,

con tu fervor de majestad inacabable,

seguida por una corte de mariposas,

que te coronan como una bella diosa,

con tus manos benditas que acarician,

las mandarinas más dulces y deliciosas,

alma de una guitarra que canta la vida,

flor declamando al sol mil bienvenidas.

MILMAYOS

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