Ella, siempre, la más feliz del mundo; ella, la que tiene dentro de sí,
todo mi amor profundo, cuando no está a mi lado recibe en lugar de mis besos,
las perfumadas rosas que he colocado para su majestad con clara anterioridad,
momentos esos que en lugar de esmerados jazmines, son mis epístolas
románticas las que dibujan su radiante paz, mil detalles del verdadero amor
pensados en mi corazón para que siempre sea la única, la más feliz. Motivos
para su dicha, pensados en mi embeleso con anticipación, en vez de los detalles
en flor que les canta mi emoción y el fuego dulce de la pasión que se enciende
avivado cuando estamos tan juntos los dos.
MILMAYOS