No hay nada mejor para mí con dulce pasión como besar
tus besos, teniendo la inspiración amorosa en un Edén tan cierto, esa noble exhalación
que nace de tu ser porque en tu amor yo vivo inmerso.
No hay nada mejor para mí, mujer; que besar con cálida
emoción tus besos, para vivir como nadie muy dichoso sembrando rosas perfumadas
en tus predios, vivo por tí la miel del más romántico y sentido embeleso.
Nunca había sido feliz como ahora de tu cariñosa
pasión y de tu grato universo como este indeclinable momento en el que la
felicidad más grande tiene en mí su cetro y la virtud de un oasis inmarchitable para los dos eterno.
MILMAYOS