Dulce
mujer, es muy bueno saber que existes
y
que me llenas la vida del frescor que exhalas
que
a mi inmensa adoración por tí le pones alas
para
llegar al altar que con toda la belleza hicistes
por
eso y más siempre voy a homenajearte, mujer.
Eres
la fe que vives en la región más pura de mi ser
que
con hermosa intensidad das alegría a mi alma
Desde
el fulgor más dulce y noble de estrella alguna
que
Dios bendiga con sublime aliento tus sueños
como
el amor de madre que pone todo su empeño
en
arrullar su tesoro coloreando estrellas, una a una.
MILMAYOS