He sabido entender esta verdad, la cual se
escribe tan solo con los matices sinceros y certeros del amor. Eres, hermosa
mujer, mi máxima ilusión, pensé que no me iba a suceder, pero lo reconozco
estoy sumergido en la vorágine telúrica y dulcemente amorosa del designio románticamente
existencial de este eterno y dulce amor.
Me he sentido tan fuertemente sumido en él,
para mí no habrá otra significativa mujer como tú. Para mi corazón, eres
un tesoro demasiado inmenso de mujer y quiero amarte toda la vida con toda la
disposición de mi ser. Suspira mi alma cuando te veo de cerca y puedo
percibir ese palpitar tan único y vital, esa es la lectura que hace mi intensa pasión tan
de ti enamorada. Amor infinito y fiel.
MILMAYOS