jueves, 6 de febrero de 2014

¡Dios salve, nuestra unión sublime y eterna!

Mi dulce y única amada anhelada de primaverales plenilunios y del diamante pulido de mi frenesí, sabes que ya no estoy dichoso cuando no estás aquí, se queda con un gran vacío toda la extensión infinita de quererte que posee mi existir ...

Amada, ¡Dios salve, nuestra unión sublime y eterna!, este inextinguible idilio que deja un sentir hermoso sobre tu piel como un tatuaje de sensibles besos de amor, armonía y miel, y el respirar agitado y romántico de los reiterados momentos, dos seres en uno solo surcando sinceros los mares y los cielos ...

Mi reina adorada que te siento como al trópico, inmersa a toda plenitud en lo profundo de este grandilocuente sentimiento amoroso el cual emana de mi ser, pero que sin ti se derrumban abatidos los horizontes de tan fascinante amor y la apasionada felicidad siempre leal nacida de tí, ¡tan bella y divina mujer!.
MILMAYOS

¡Qué hice para merecerte!!!

  Mujer: ¡Qué hice para merecerte, si todo lo que he hecho ha sido para regocijarte con el más intenso amor desenfrenado y febricitante un...