lunes, 30 de octubre de 2017

Mujer:
Con unas cuantas palabras pincelaré para tí, un obsequio con perfumadas rosas escogidas de los prados de un romántico jardín, belleza perteneciente al encanto inusitado del jazmín; versos sencillos hecho con relucientes auroras, con la nobleza aupada por muy gentiles frases, como la flama inocente que subyace sumergida en el rubí, para que con toda tu alma, las abraces; porque es del fuego emocionado de la mía, que renace.
Cada vez que te siento, mi corazón canta sincero y apacible, su cálida y empecinada generosidad por tí. Solo pensarte genera en mi sensibilidad, la naturaleza invencible de un mítico y mágico diamante, cuya sensible transparencia discurre por mis mejillas pleno del recuerdo y de los felices instantes de este amoroso frenesí, oasis de amor eterno, belleza vencedora del espacio y del tiempo, como un óleo de Renoir o de Matisse.
Es de los dos y será este amor forjado para siempre en el fuego de la pasión, amor que pervive, apacible y febril, por y para siempre, en el idilio unificador de los formidables besos y de la dicha, amada mía, amor siempre renovado, amor sinigual y también inmortal, como no lo ha habido antes.
Atte.

MILMAYOS

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