Estás
muy honda en mi ser y dulce en mis poemas, amada mujer. Son perfumados claveles
los que florecen en mi jardín; cuando, mi linda, yo sé de tí. Nada hay tan
bello en este mundo, como cuando yo veo tus ojos tan bonitos, sinceros y
profundos.
Eres
lo maravilloso y entrañable de este universo y tus recuerdos siempre los
atesoro en la naturaleza románticas de mis versos. Siempre, en la distancia, tan
inmenso amor no es en vano ... sin pensarte yo te pienso, sin besarte, yo te
beso; ... sin amarte, yo te amo.
MILMAYOS