Cada hijo(a) es la promesa de felicidad que tenemos
en la vida, no solo los padres, madres y educadores, sino la sociedad. Es el
sentido de nuestra vida, no hay otro más encomiable, la responsabilidad
contraída, el empeño por mejorar nuestros conocimientos y nuestra condición
humana y social, la dulce preocupación de todos los días, la continuación de
nuestros empeños, la esperanza de alcanzar el bien haciendo el bien y toda la
más absoluta e inmensa alegría de ver sus progresos con honda admiración ...
entre tanta cosas hermosas y dignificantes ... es el tesoro más hermoso que la
vida nos ha puesto a nuestro resgualdo. Dios bendiga a todos los hijos e hijas
del mundo.
MILMAYOS
MILMAYOS