jueves, 10 de junio de 2021

Bellas, inmarchitables y eternizadas primaveras

Mujer:

Eres siempre de un cielo azul, anhelo inmenso y amoroso de mi vida, por ti mana como de un manantial todas mis dulces alegrías. Eres la fontana de mi versos y el canto más hermoso, también un Sol de amor y de encantadores geranios generosos y esplendidos

Eres motivo feliz de mi vida intensa, por ti el parque de los domingos nos piensa y tal vez nos extraña, nuestra presencia de tórtolos que pasaban amorosos momentos, paseando siempre afables e inmensos, con el romanticismo de las caricias y los besos.

Sé de tu naturaleza tan hecha de florilegios dulces, prodigio tan amoroso y pleno de las rosas, sé que estás hecha de como Dios hizo las gladiolas, los lirios y los cerezos, cada instante de tu vida nace de la más bellas, inmarchitables y eternizadas primaveras.

Cuando tu melífera mirada se posa muy hermosa sobre mí, soy el hombre más feliz y sé que existe y existirá en el mundo para nosotros el amor eterno, ese canto hecho de perennidad y de hermosos sentimientos será una serenata de amor como un fulgor por el universo.

Tuyo,

Milmayos

Derechos Reservados

2021

Venezuela


jueves, 25 de marzo de 2021

Mi amor para ti

 


Mujer:
Mi amor para ti es de una eterna y muy intensa floración, capaz de cambiarle el rostro a las circunstancias, aún en el más inhóspitos desiertos, capaz de regar con poemas la sed de amor de nuestro entorno, un amor sinigual que te doy más allá de todo, como un afectivo y siempre cálido oasis en todos los momentos de nuestra felicidad, amor de los dos, amor insustituible, nadie es como tú, mujer de la belleza más incansable e inmarchitable del mar, de la tierra y de los cielos.

Mujer única, nadie es como tú, nada posee en este mundo, el milagro que es capaz de dar vida a la vida, eres todo un verdadero oasis formado por el cariño y los designios afables de más de mil y un sentimientos, un amor sin barreras capaz de deshacer el mal instinto de aquéllos que por maldad no se identifican con los parabienes de la vida y se vuelven como indeseables lobos sedientos.

He querido siempre darte más allá de mis sentidos, los mejores besos, como una semblanza existencial de todo lo que constituye mi Ser. Desde mi cosmovisión hasta mis huesos, como cuando también te doy mis versos: un aluvión ennoblecido que se vuelve vendaval de ternura, mostrándote el caudal de mi pasión en el que me hayo por y para siempre inmerso.

Mujer te doy todo mi amor, mi comprensión, mi paz y mi quehacer en cualquier momento porque te llevo para siempre en mis sentires y pensares muy dentro de mí, en el fervor que siempre anida en mi pecho, eres la paz de mi quehacer, todo mi frenesí, el latido del más gentil denuedo, el amoroso anhelo de mi padecer y muy dentro de mi corazón, el manantial de amor, que mueve los eslabones más equinocciales del afán que no transfiguran los tiempos.
Tuyo,
Milmayos 

¡Qué hice para merecerte!!!

  Mujer: ¡Qué hice para merecerte, si todo lo que he hecho ha sido para regocijarte con el más intenso amor desenfrenado y febricitante un...