Mujer, tú forma de ser siempre dodecaédrica
siempre mostrando vendavales
en cada una de las doce caras que mostrabas,
cuando te descubría una
en cada una de las doce caras que mostrabas,
cuando te descubría una
siempre te quedaban once caras más,
doce caras para experimentar
la mentira en que me atrapaste
la mentira en que me
Amor también dodecafónico
siempre con once tonos melodiosos
para variar las situación.
Doce y nada más
eran los tonos y eran tus caras
y nada más,
doce una por cada mes del año.
ahora muy solo me repongo de los daños
doce una por cada mes del año.
ahora muy solo me repongo de los daños
Esta tu tu fiel lectora Milmayos te expresa su admirtación por esta excelente creación del cual eres autor!!!
ResponderEliminarEsta tu fiel lectora Milmayos te expresa su admiración por tan excelente creación del cual eres autor!!!
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